El coronavirus se ha llevado a dos periodistas deportivos en apenas 24 horas. Después de Chema Candela, de RNE, la información del mundo del motor, en general, y del motociclismo, en particular, ha perdido al inconfundible Tomás Díaz-Valdés. Tenía 78 años.

Su gran bigote, que lució desde siempre, le acompañó durante los más de 50 años que estuvo dedicado a la información de motor. Ingeniero industrial de formación, siendo poco más que un veinteañero montó un taller mecánico en Madrid, donde empezó a trabajar un joven adolescente que emigró desde su Zamora natal a la capital. Ese chaval se llamaba Ángel Nieto.

Desde entonces, Díaz-Valdés y Nieto se convirtieron en inseparables, amigos íntimos que fueron creciendo juntos profesionalmente. El periodista, por los medios de comunicación (estuvo durante 30 años escribiendo para el diario AS) y el piloto, en los circuitos.

El carácter emprendedor y curioso de Díaz-Valdés le hizo no centrarse únicamente en el motociclismo y no sólo como periodista. También fue piloto, tanto de motos (en circuitos y en pistas de motocross) como de coches, especialmente en rallies. 

Disputo pruebas como la Copa Renault TS o el campeonato de España de rallies, donde coincidió con el mismísimo Carlos Sainz, que ha sido uno de los primeros en mostrar su consternación. "Lo he vivido desde dentro para poder escribir luego con conocimiento de causa", explicaba.

En 2017, con motivo de la muerte de su buen amigo Ángel Nieto, publicó una biografía plagada de anécdotas y vivencias sobre el 12+1, bajo el título 'Ángel Nieto: Las curvas de la vida', que editó él mismo.

Desde hacía unos días se encontraba ingresado en un hospital de Madrid, aunque su salud ya estaba tocada antes de contagiarse con el COVID-19 que le acabó complicando una neumonía que ya arrastraba desde hacía semanas.